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Un edificio tiene muchas cosas que  arreglar en su día a día, tanto si hablamos de edificios de empresas, públicos o comunidades de vecinos. El mantenimiento de instalaciones es una tarea que no para de hacerse ni un día.

Desde daños internos, a grafittis o cristales rotos, cuando aparece una grieta o una fisura en muchos casos consideramos que se trata de algo insignificante. Pero de todos los trabajos verticales que necesite una fachada este es uno de los más urgentes.

Una grieta que se deja estar va  a ir empeorando  con el paso  del tiempo y cuando queremos darnos cuenta ya es demasiado tarde y se han dañado más cosas. El resto de  cosas  del  edificio, la pereza o pensar que va a tardar en empeorar no puede hacer que dejemos cosas sin hacer.

Lo que más sufre de una vivienda o  un edificio son las fachadas, son la cara expuesta frente a las tormentas, a la contaminación, los vientos, los golpes o los cambios bruscos de temperatura.

Con el paso del  tiempo nuestra fachada y su recubrimiento  se va deteriorando  debido a estos factores y aparecen grietas, la mayoría de nosotros no  le  damos importancia a estas pequeñas fisuras y decidimos llamar  a profesionales  sólo si se trata de desconchones grandes o caídas de baldosas.

¿Por qué se producen las grietas?¿Cuáles son los factores que más  comúnmente provocan estas?

Una grieta no solamente surge cuando aparece un terremoto y toda la  estructura se ve sacudida o por corrimientos de tierras…

Entre las causas más comunes por las  que se produce  este esfuerzo de tracción están los cambios de temperatura que afectan a los elementos constructivos,los cambios en la  humedad de la estructura (por eso  es muy importante aislarlo).

Las deformaciones de  diversos tipos en la  estructura de este, la escasez o ausencia de juntas o los errores cometidos por el personal humano en el proyecto o en la ejecución de la obra y el uso de materiales inadecuados.

¿Qué factores hay que tener en cuenta a la hora de reparar una fachada?

Tendremos que evaluar en primer orden si la grieta  se debe por un hecho  casual como es el cambio brusco de temperaturas  o un golpe o si por el contrario va a seguir  avanzando (movimiento de tierras).

Evaluar hasta dónde ha habido desperfectos, y si sellar es la mejor solución, en otros casos tendremos que cambiar parte de la  estructura dañada. 

Elegir correctamente los  materiales más adecuados teniendo en cuenta las características de la fachada y la zona en la que se encuentra, si es zona de fuertes vientos, hay humedad, nieve…

¿Cuales son los materiales más conocidos en la reparación de grietas?

1. Spray reparador. Se trata de un spray multiusos con el que rociamos la grieta y dejamos secar durante 24 horas, podremos pintar encima del sellado después. 

2. Aplicar plastes o  emplastes  que vienen en polvoso ya listos para usar. Este tipo de productos se usa para tapar agujeros y fisuras de poca profundidad. Para las grietas en movimiento usaremos emplastes  que  incorporan fibra de vidrio los cuales  son más elásticos.En este caso si vienen en polvo se añadirá la cantidad  de  agua recomendada hasta formar una masa que aplicaremos sobre la grieta, que previamente habremos limpiado y retirado la junta anterior.

3. Los plastes de reparación se utilizan para grietas de mayor profundidad ya que permiten rellenar cualquier tipo de espesor.

4. Selladores o masillas acrílicas. Se utilizan sobre todo en juntas de bajo movimiento, acabados de rodapiés o sellado de  ventanas.

5. Masillas polímero. Se usan para juntas de alto movimiento ya que estas masillas son bastante flexibles y estancos. Resisten tanto golpes, como vibraciones o variaciones de temperatura. Se suelen usar para rellenar juntas de dilatación.

6. Masillas de estanqueidad. Se trata de un producto muy elástico, reforzado con fibras, impermeable y que podemos aplicar a cualquier soporte (tanto si es madera, fibrocemento o metal).

¿Cuales son los métodos más usados?

Cuando nos planteamos hacer trabajos verticales en altura de reparación las  más comunes serán la sustitución, en la que cambiamos los ladrillos rotos eliminando y saneando las piezas. La inyección en la que rellenaremos la grieta con mortero y el cosido o  grapado que se realiza junto a la inyección pero uniendo los elementos mediante uniones metálicas o pegatinas de acero.