La entrada a un comercio es la primera impresión que tienen los clientes y también la primera línea de defensa contra el robo o el vandalismo.
Desafortunadamente, las puertas industriales de muchas empresas son a menudo descuidadas o dañadas, lo que puede tener consecuencias que el dueño del comercio no quiere.
La costosa reparación de las puertas de acero o vidrio pueden evitarse si se tienen en cuenta algunas cosas.
Un mantenimiento preventivo y adecuado puede mantener la entrada de tu comercio con un aspecto fresco y atractivo, así como proteger la entrada y su espacio interior.
Te presentamos las formas más comunes en las que se dañan las puertas y como evitarlo.
Objetos extraños en el camino
Las macetas y los maceteros decorativos hacen que la entrada se vea fresca y atractiva. Pero hay que tener cuidado al colocar la decoración exterior cerca de la entrada, una puerta suelta puede entrar y romper la maceta o dañar la puerta.
Esto es especialmente importante en el caso de las puertas de vidrio. Las puertas de vidrio rotas o agrietadas inevitablemente conducirán a la reparación de la puerta de vidrio entera.
Entradas estrechas
Para los comercios con mucho tráfico y entradas estrechas, considera la instalación de un dispositivo que lo haga rebotar suavemente en la pared exterior o un cierrapuertas.
Esto permitirá que la puerta se cierre suavemente, en lugar de oscilar, lo que ayudará a evitar que el tráfico de personas abra o cierre la puerta y tiren la puerta.
Puertas desalineadas
Las puertas se dañan con el tiempo. Las revisiones periódicas y mantenimiento preventivo ayudarán a asegurar que la puerta permanezca correctamente en su lugar.
Descuido del burlete y aislantes
El burlete asegura un cierre hermético de la puerta. Sin embargo, con el tiempo, este puede aflojarse o agrietarse.
Parte del mantenimiento preventivo adecuado de las puertas incluye la comprobación del estado de los burletes, la adhesión y su sustitución cuando sea necesario.
Estas aplicaciones que se instalan en puertas exteriores ayudan a mantener la temperatura regulada en el interior, ahorrando al comercio dinero en calefacción y refrigeración.